viernes, 15 de abril de 2011

Punto de partida

Mi amigo Iván es y seguirá siendo (entre otras cosas) mi gurú particular en lo referente a asuntos musicales; la devoción que compartimos por la música electrónica nos ha llevado a vivir auténticos momentos de placer espiritual. 

Quiero compartír con él, y con todo el que se quiera apuntar, una muestrecita de ello. 





Difícil describir la cantidad de sensaciones y recuerdos que reviven en mí estos sonidos. Sus oleadas de arpegios con sonidos de chips son la seña de identidad de toda una generación de usuarios que en los años 80 y 90 descubrieron los ordenadores; aquellas máquinas lógicas que se hicieron populares rápidamente y que dieron la oportunidad a muchos, de compartir sus propias creaciones artísticas.

Nuestros clásicos Amstrad, Spectrum, Commodore y sus programas de edición musical, los trackers, nos mostraron que un circuito electrónico produce su propio sonido, pero no sólo eso, también el sonido real se podía capturar y, una vez dentro de nuestro programa, reacondicionarlo, distorsionarlo, variarlo a nuestro antojo...

...y el tiempo pasó, la tecnología avanzó y se sigue dando el empeño por exprimir nuestras sensaciones e ir un poco más allá. Nuevas técnicas de compresión (y comprensión) del sonido digital nos sorprenden día tras día, ¿Habrá algún límite al márgen de nuestra capacidad auditiva? Como siempre sólo un límite, el de nuestra imaginación colectiva.

La canción en cuestión es un remix inspirado en la banda sonora de la película Tron: Legacy y ha sido desarrollado por M83 en colaboración con Big Black Delta. Os recomiendo unos buenos cascos para distinguir bien todo lo que suena dentro de esta pedazo de composición.


1 comentario:

  1. Por fin lo has arreglado! ya se escucha!.

    Gracias por la mención.


    Ale.

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