Pablo con su ducati |
Ese pedazo de oso cavernario que tengo por amigo, y que responde al nombre de Pablo, hace poco la ha vuelto a liar. Una caída yendo en moto siempre es un susto, pero 'gracias a dios' o a la causalidad (el resultado es el mismo aunque la causalidad da más márgen para la predicción), todo ha quedado en una torcedura de tobillo y unos días enzulado.
Desde aquí un capón y un abrazo. El capón va por hacer de Harry Potter con una escoba de 170 CV. Cuando quieras te la echo con las motos de Tron (las de verdad no cumplen mi estandar de seguridad).
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